La vida y su conservación

Las especies son esenciales en el funcionamiento de la vida en nuestra casa que es nuestro planeta; por eso, es importante conservarlas.
Con este objetivo, tenemos que saber cómo son, cómo se organizan en comunidades y cómo interactúan en los sistemas ecológicos.
En el último siglo XX, hemos visto degradaciones ambientales enormes: muchas especies en extinción o en drástica reducción de sus poblaciones, la destrucción o alteración rápida de sus ecosistemas y cambios nunca vistos en el clima del planeta. Esta gran crisis ambiental ha coincido con la disminución de las ciencias naturales en los centros académicos de referencia.

jueves, 9 de octubre de 2014

El sistema económico ha declarado la guerra al planeta


  1. Naomi Klein presenta en Londres 'Esto lo cambia todo: Capitalismo contra el Clima' 
  2. `Una de las luchas claves de este siglo será el de la democracia energética'
  3. 'Las reacciones contra el sistema está dando pie a un nuevo movimiento global'

Hincarle al diente al cambio climático y en plena crisis económica no ha sido fácil. Naomi Klein (Montreal, 1970) admite que éste ha sido el libro más duro de principio a fin. No logo y La doctrina del shock se escribieron casi solos, en comparación con este volumen de 466 páginas que pone el broche a la trilogía: Esto lo cambia todo: Capitalismo contra el Clima .

                                                                                       
"Hemos llegado a un punto crítico en el que todo tiene cambiar", asegura de entrada Naomi Klein, a la hora de justificar el título. "Durante 25 años hemos intentando acomodar las necesidades del planeta a la ideología del capitalismo de mercado, que exige el crecimiento constante y el máximo beneficio. Los resultados ambientales y socio-económicos han sido desastrosos. Lo que necesitamos ahora es una respuesta radical".

Hasta cierto punto, reconoce Klein, "la derecha tiene razón": el cambio climático es "el caballo de Troya", la excusa primera y última para justificar el Cambio con mayúsculas: "El sistema económico ha declarado la guerra al planeta. Si seguimos por este camino, aumentando al ritmo actual las emisiones de CO2, podemos experimentar un calentamiento de cuatro a seis grados centígrados. De momento hemos llegado a 0,7 grados y ya estamos sufriendo los efectos".
"El sistema económico ha declarado la guerra al planeta"

  
Sin acritud, pero con urgencia, Naomi Klein lanza su mensaje inequívoco ante más de mil seguidores que abarrotan el Central Hall de Westminster para escuchar a la "mensajera" del cambio climático y económico. El acto lo apadrina The Guardian y tiene como anfitrión a Owen Jones, el comentarista de la nueva izquierda británica, autor de El Establishment y cómo acabar con él, más combativo aún que la propia Klein en su llamada a la insurrección contra las elites políticas y económicas.
En lucha contra la 'economía extractiva'
Klein dispara en su libro contra la "economía extractiva" que está dilapidando los recursos, con la complicidad de los representantes políticos que se han convertido en uña y carne con los intereses especiales o fuerzas fácticas.


"La puerta giratoria entre la política y las compañías energéticas es ahora una puerta abierta de par en par. En todos los países occidentales existe una connivencia que está dinamitando el sistema democrático.
Una de las luchas claves de este siglo va a ser la de la democracia energética".
"La buena noticia es que la respuesta contra este modelo insostenible está ya en marcha", sostiene Naomi Klein, que pone sobre la mesa varios ejemplos del cambio en ciernes...
En Alemania ya se está trazando el camino con el auge de la Energiewende, que ha permitido la eclosión de cooperativas energéticas gracias a la descentralización del sistema. El movimiento de la Transición, propagado por 40 países (entre ellos, España), está impulsando también modelos de autosuficiencia energética con renovables, mientras el grupo 350.org está creando por primera vez una "conciencia planetaria".

Pese a los malos augurios de los "expertos", la Columbia Británica lleva seis años aplicando el "impuesto del carbono" con notable éxito. Cientos de empresas e instituciones, con la Fundación Rockefeller como el último y notorio fichaje, se han sumado a la campaña para "desinvertir" en energías fósiles y desviar dinero hacia las renovables. 
El fracking (la extracción de gas o petróleo por el controvertido método de la fracturación hidráulica) está dando pie a lo que Naomi Klein ha bautizado como Blockadia: cientos de comunidades en todo el mundo, unidas por la "resistencia a los métodos de extracción extrema". Esta misma semana, el 11 de octubre, se celebra el tercer GlobalFrackdown, con actos anti-fracking que darán la vuelta al planeta...
'Lo que está en juego es nuestra supervivencia' 
"Estamos en ese momento crítico en que las reacciones contra el sistema se están dando la mano en algo parecido a un movimiento global", sostiene la autora de Esto lo cambia todo (que se publicará en marzo en España). 

"Las marchas por el clima se celebraron hace dos semanas en casi todos los paíes, y más de 300.000 personas se lanzaron a las calles en Nueva York en la mayor manifestación de las últimas décadas".
"La gente se sumó a las manifestaciones por dos razones principales", argumenta Klein. 

"Por un lado, porque ya estamos padeciendo los efectos, del huracán Sandy en Nueva York a la mayor sequía de la historia en California... Y también porque en los últimos años hemos sufrido el impacto de esta economía tóxica, y hay un hastío cada vez mayor contra la clase política por haber permitido este fallo colectivo". 
Klein arremete en su libro contra los negacionistas del clima que primero llevaron al mundo a la parálisis y que ahora alegan que la trasformación sería muy costosa. "No hay una fórmula para salir de esta situación crítica", admite la activista canadiense, que ultima la versión en documental de Esto lo cambia todo y aspira en convertir el libro en plataforma de acción. 

 
"Pero tenemos que movernos más allá del fundamentalismo de mercado y liberarnos de las cadenas del consumo".
"La solución pasa por acciones desde lo local y por masivas inversiones públicas, para acelerar la transición de la economía extractiva en la que estamos a la economía regenerativa", concluye Klein. "Si logramos cambiar el contexto cultural, aunque sólo sea un poco, podremos al menos abrir paso a reformas que consigan que los números del carbono se muevan en la dirección adecuada. Por encima de un aumento de las temperaturas de dos grados, advierten los científicos, las consecuencias serían desastrosas... Esto lo cambia todo, entre otras cosas, porque lo que está en juego es nuestra propia supervivencia".

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